“Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.”
Salmo 139.
Para cambiar al mundo, primero comencemos por nosotros mismos. Déjate examinar por Dios, pide entonces al que es el amor mismo, un corazón nuevo, humilde y resplandeciente con la presencia de Cristo, un corazón sincero para comprender nuestras debilidades, y humilde para aceptar la voluntad de Dios.
Necesitamos un Corazón que vea la vida que ofrecemos con los ojos del amor de Jesús así que pidamos sin cesar porque para Dios nada es imposible.
Autor: Viviana Castillo, JAR