
“Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró” 2 Tesalonicenses 3,5
Amar como Dios ama nos habla de un amor noble y puro, sin medida y sin límites. Es ese mismo amor de Dios el que nos lleva a perseverar confiando en su poder, en sus palabras y en sus promesas que son fieles. Cada paso que damos impulsados por la perseverancia nos ayuda a crecer en la fe y acercarnos a Dios.
Aquí tal vez es donde todo se vuelve más difícil, porque aún en el amor, a veces sentimos malestar y cansancio, allí es donde flaqueamos y se pone en juego nuestra perseverancia en el camino del amor.
La perseverancia es esa voluntad de mantenernos sin vacilar aun en medio de fuertes retos y dificultades, sin desistir. Es clave para una vida firme con Jesús. ¿Seguirle a Él es fácil? No, no lo es: pero si perseveramos seremos recompensados. Recuerda:
La perseverancia es una virtud, es fuerza y es poder. Solo aquellos que perseveran alcanzan la meta final. Con su ayuda, vamos a adquirir una voluntad firme para amar y servir.
Autor: Viviana Castillo JAR