
El proyecto Calle Esperanza de ARCORES Costa Rica ha lanzado la campaña “Somos Hermanos”.
El objetivo del programa es proporcionar boletos de transporte y alimentos a los migrantes que cruzan el país para que puedan llegar a la frontera con Nicaragua y seguir adelante.
Mucho de los migrantes que cruzan el país rumbo al Norte han pasado por uno de los puntos más difíciles y peligrosos de las rutas de migraciones del mundo: el paso del Darién, entre Colombia y Panamá.
Acogida, diálogo, billetes de autobús, comida, escucha, diálogo… Qué más puede pedir el caminante en medio del camino, cuando está lleno de angustia, dificultades, hambre, frío y calor extremos, peligros y personas dispuestas a aprovecharse, abusar y robar.
La logística depende de varias instituciones sin fines de lucro, el Ministerio de Migración y otras entidades gubernamentales. ARCORES se ha unido así a otros grupos de ayuda social para buscar alternativas para que el caminar de estos migrantes sea más digno.
Los voluntarios de Calle Esperanza se desplazan a la terminal de transportes, donde se reúnen con las familias migrantes y les apuntan en una lista que incluye su cédula de identidad y que se entrega al Ministerio de Migración.
El rostro de estas personas refleja, sobre todo, incertidumbre. Con frecuencia hay familias completas con niños pequeños, o mujeres embarazadas, o jóvenes más fuertes y decididos que se convierten en el bastón y apoyo de todo un grupo.
Las familias no quieren que los que vienen (en el caso de las embarazadas) o los que acaban de llegar (niños menores de doce años) tengan que vivir en una sociedad desigual, injusta, violenta o sin oportunidades de futuro. Es todo lo que quieren para ellos, y se lanzan a las carreteras conscientes de que el viaje será peligroso y, en muchas ocasiones, incluso trágico.
Van con lo puesto, y para cuando llegan a Costa Rica muchos carecen ya de dinero en efectivo y de sus pertenencias más valiosas. Han pasado por uno de los puntos más duros, difíciles y peligrosos de todas las rutas de migraciones que hay actualmente en el mundo: el Darién.
Se trata del paso entre Colombia y Panamá, región selvática y pantanosa que sirve de frontera entre América Central y América del Sur, una barrera natural que no tiene vías de transporte. Hay 108 kilómetros inhóspitos de selva y pantanos entre las últimas ciudades conectadas con la red viaria de su propio país, Lomas Aisladas (Colombia) y Yaviza (Panamá).
Este territorio se ha cobrado la vida de muchos seres humanos que han intentado cruzarlo. No ayudan el clima, la flora, la fauna, los pantanos, torrentes y ríos, ni tampoco las innúmeras bandas de ladrones, buscavidas extorsionadores, guías que no cumplen pero cobran, tantos sin escrúpulos que se aprovechan de la miseria de los demás.