El año 2017 fue duro para los venezolanos. La grave crisis que atravesaba Venezuela provocó grandes colas para comprar alimentos básicos o medicamentos. Muchas personas se vieron forzadas a emigrar y los que se quedaron se enfrentaban, entre las múltiples consecuencias de la situación, a la malnutrición o —peor aún— la desnutrición.
Los gravísimos estragos del hambre en Venezuela se reflejan en los cuerpos de millones de habitantes imposibilitados de nutrirse apropiadamente. En el último quinquenio el flagelo de la malnutrición va al galope, minando la salud de los ciudadanos y trayendo consecuencias desastrosas para las futuras generaciones.
En la actualidad, los hogares reportan mayores niveles de seguridad alimentaria. La mejora del abastecimiento ha supuesto una percepción de acceso; sin embargo, persisten situaciones de riesgo alimentario que todavía son muy altas, esto según el más reciente informe de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI 2022).
63.2 % de la población en el país ha dejado de consumir alimentos saludables que no poseen un valor nutricional adecuado, es decir, que no aportan beneficios a la salud. Si bien este porcentaje ha disminuido en comparación al año 2020, igual sigue siendo preocupante porque aún hay personas que no reciben nutrientes importantes como vitaminas, minerales, fibra, y proteínas. Esto según la siguiente gráfica de la ENCOVI 2022.
Frente a esta realidad, la pediatra y puericultora Mariela Aguilera, quien ejerce su profesión en el Consultorio Médico San Judas Tadeo, ubicado en la Pastora, Distrito Capital, estima que para los venezolanos -a pesar de haber superado una grave crisis alimentaria entre los años 2017- 2019- en la actualidad la alimentación sigue siendo básica y no es ideal para asegurar un correcto desarrollo, especialmente en los infantes.
Los niños, los más vulnerables frente a la malnutrición
Alimentar a un niño en pleno crecimiento en Venezuela no es tarea fácil, ya que en su proceso de crecimiento implica consumir frutas, verduras, hortalizas, carne y pollo; es decir, asegurarles variedad nutricional, cosa que no todos los hogares pueden conseguir.
De acuerdo a su más reciente informe, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reveló que entre los meses de enero y agosto de este año, un total de 8 199 niños fueron diagnosticados con desnutrición aguda en el país.
La pediatra Mariela manifiesta que un equilibrio entre proteínas y vegetales garantiza una alimentación saludable y el correcto crecimiento de los niños, en especial para lograr un desarrollo cognitivo del cerebro, donde las proteínas como el huevo y el pollo juegan un papel primordial.
—Las familias más necesitadas han tratado de utilizar el poco recurso que les llega para alimentar a los niños -comenta angustiada la doctora-, pero esos niños no van a tener un desarrollo y talla adecuada, se van a seguir manteniendo con baja estatura porque la mayoría de la alimentación son las harinas — explica.
Una adecuada nutrición cubre todas las necesidades calóricas y de nutrientes en los infantes, pero esta premisa se convierte en un reto para las zonas más vulnerables del país caribeño, en el cual el valor nutricional de la mayoría de estos hogares es bajo.
“Actualmente he visto mejoras en la alimentación de niños que acuden al Consultorio Médico San Judas Tadeo, que son de clase media baja (…) Las mamás han aprendido a cocinar, son niños sanos, no con una alimentación óptima, pero si básica”, relata.
Aguilera también señala que en el país hay mujeres embarazadas y en período de lactancia que presentan bajo peso y requieren suplementación nutricional para mejorar su estado y el de los bebés.
El oro líquido como primera base alimenticia
La lactancia materna proporciona a los bebés todos los nutrientes que necesitan para crecer y que su sistema inmunológico se desarrolle plenamente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recomiendan que la leche materna sea el alimento exclusivo de los bebés recién nacidos hasta los seis meses de edad.
Mariela señala que muchas madres tienden a sustituir la leche materna en improvisados teteros de crema de arroz o pasta licuada, lo que a su vez trae consecuencias como cambios en la microbiota intestinal del bebé.
“Hemos notado que la lactancia materna ha subido porque la mayoría no puede adquirir la leche completa, yo les explico que la leche completa no es adecuada para un niño menor de un año, señalandoles todas las consecuencias que puede tener el consumo de esta (…) sin embargo, un porcentaje pequeño opta por esta leche”, explicó.
Frente a esto, según estimaciones de (Unicef), en Venezuela solo 28 % de los bebés reciben lactancia materna exclusiva en sus primeros seis meses de vida y —a su juicio de Mariela— debe existir un cambio estructural en la sociedad, donde se eduque a padres, madres y niños, sobre el conocimiento básico acerca de la nutrición que debe existir en el hogar y principalmente en los lactantes.
Combatir el hambre en Venezuela con una sonrisa
“Una sonrisa para mi hermano” es el lema de una de las obras de ARCORES Venezuela que trabaja en pro de la alimentación en Tamare, Estado Zulia. Este lema resume que regalar una sonrisa en medio de la adversidad es fortuna de las personas que mueven sus corazones y están dispuestas a ayudar a quienes más lo necesitan.
Cada historia es única, muchos lo han perdido todo, especialmente la dignidad. Perdieron su derecho a comer bien, están a merced de las circunstancias, muchas veces alejados de Dios, no tienen esperanzas, pero la misión de ARCORES es hacer que las recuperen.
La Red Solidaria ARCORES Venezuela fue creada precisamente en el año 2017, un año marcado por la carencia y necesidad, donde predominaba la desesperanza de su pueblo, es allí cuando surge “Unidos con Venezuela: Una Luz De Esperanza” como servicio a los más necesitados, y hoy en día sigue creciendo y aumentando expectativas en la asistencia y entrega para seguir caminando.
Para la mayoría de los hogares en el país, alimentarse es difícil y con calidad nutricional es casi imposible. Toda persona tiene derecho a una sana nutrición. Este derecho es esencial para una vida digna y es vital para la realización de otros derechos, como el derecho a la salud y a la vida.
La alimentación es importante no solo para sobrevivir, sino también para el pleno desarrollo de las capacidades físicas y mentales, ARCORES Venezuela trabaja para garantizar una alimentación básica y de calidad.
A través de cuatro comedores escolares, que benefician en promedio a 299 niños, niñas y adolescentes escolarizados; cuatro comedores solidarios que alcanzan un número de 2 241 personas, desde niños, niñas y jóvenes, adultos mayores, personas en estado de indigencia y privados de libertad; cinco casas hogares que garantizan la nutrición de 102 niños y niñas; y 12 ollas solidarias que mitigan la falta de alimento de 2 360 personas. En total más de 5 000 personas son beneficiadas mensualmente por la Red Solidaria.
Cuando ARCORES Venezuela fue creado, el país ya vivía una situación difícil, sin vislumbrar que el panorama iba a caer en un estado mucho más trágico, agravado aún más por la pandemia del coronavirus COVID‑19.
Esto no fue motivo para detenernos, la pandemia sacó a relucir la solidaridad y hermandad de nuestra gente, las ollas solidarias y comedores se transformaron en “Kilos de amor”, que a través de alimentos no perecederos garantizaron la nutrición de los beneficiarios, esta fue la estrategia que mejor se adaptó a la situación, y que permitió seguir brindando respuesta. Actualmente ya se han retomado las jornadas de manera presencial, siguen alimentando no solo el cuerpo, sino también el alma y el espíritu.
Voluntarios que alimentan la esperanza
Marcos González hace parte de los más de 200 voluntarios que participan en los proyectos de alimentación, él colabora en la olla solidaria “Corazón Inmaculado” en Maracaibo, Estado Zulia.
Para Marcos materializar esta labor es un trabajo de mucho amor y voluntad, en el que él -con gran devoción a Dios- le da las gracias por su presencia en cada plato que prepara; y que con ayuda de aquellas personas que él mismo señala de “donantes milagrosos” se forma una gran comunidad que ayuda a suplir las necesidades alimenticias de quienes más lo necesitan.
Marcos no es el único voluntario que brinda su solidaridad para llevar a cabo los proyectos en el área de alimentación de ARCORES Venezuela. Él hace parte de las 200 personas que, con su gran corazón solidario, trabajan en las parroquias más vulnerables de los Agustinos Recoletos. Estas acciones sensibilizan a la comunidad sobre la necesidad de trabajar unidos haciendo frente a estos problemas sociales.
Los voluntarios de la Red Solidaria en Venezuela son corazones solidarios fundamentales para llevar a cabo esta labor en favor de la alimentación. Gracias a ellos se han beneficiado a más de 8 000 personas en todo el país. Gracias al apoyo de personas como Marcos, se han transformado muchas vidas desamparadas.
Son muchas las familias que agradecen el aporte de ARCORES Venezuela por la oportunidad que les brindan, aseguran que se les han cambiado la vida ante las dificultades y necesidades de alimentación y salud por las que habían pasado antes.
“Mi vida ha cambiado desde que practico esta gran obra de misericordia de Dios, porque Él no desampara al más necesitado”, concluye Marcos.
Tu aporte es necesario, con tu ayuda podemos llegar a más personas, y lograremos transformar más vidas. Súmate a esta iniciativa solidaria y juntos, por pequeños que seamos, podremos hacer una gran diferencia.