La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2022 (Encovi) reveló que 1.5 millones de niños y niñas no están escolarizados.
Uno de los grupos más afectados es el de 3 a 5 años, al que le corresponde la educación inicial. De acuerdo con la Encovi, casi la mitad de los niños en esas edades no están inscritos en el sistema escolar.
La tasa de cobertura global educativa ha venido cayendo. En pandemia, cuando la educación fue desde casa, la Encovi 2021 reveló que habían 550.000 estudiantes menos respecto al periodo 2019-2020.
Volvemos en el periodo académico 2021-2022 a la presencialidad, pero con menos estudiantes.
En el año escolar 2022 disminuyó en 190 mil la cantidad de estudiantes respecto al periodo escolar anterior.
Pobreza y exclusión escolar
La situación de pobreza en Venezuela aumenta los riesgos de exclusión educativa, la probabilidad de estar fuera de la educación formal es más alta cuando los hogares están en situación de pobreza multidimensional.
La Encovi 2022 indicó también que en el país no hay una iniciativa fuerte en favor de la retención y reinserción escolar que integre medidas de reforzamiento pedagógico, alimentación, transporte, con la meta de incorporar a ese millón y medio de niños, niñas y adolescente desescolarizados.
Sin condiciones no se puede estudiar
El proceso de enseñanza y aprendizaje requiere de condiciones mínimas para su desarrollo, es decir, infraestructura educativa en óptimas condiciones, servicios públicos eficientes (agua, electricidad, telefonía y transporte), habituales programas de alimentación, una alta conectividad a Internet, atención pedagógica adecuada y especialmente un personal docente altamente capacitado y que goce de excelentes condiciones laborales.
Todos estos factores son deficientes actualmente en Venezuela pues según los resultados obtenidos por la encuesta, el sistema educativo en el país se encuentra inmerso en un profundo deterioro, agravándose con la pandemia por COVID-19.
Esta situación ha generado un incremento en el abandono de las aulas por parte de docentes, quienes además de no contar con espacios aptos para la permanencia dentro de los planteles educativos, la falta de recursos económicos los ha llevado a dejar de lado los procesos de enseñanza para dedicarse a actividades más lucrativas que les permita llevar el sustento a sus hogares y cubrir en cierta medida las necesidades básicas.