
Con motivo del Día de todos los Santos de la Orden de Agustinos Recoletos, te presentamos una pequeña reflexión de Pedro Daniel Mora, periodista de ARCORES Venezuela.
La santidad puede a veces ser tomada como sinónimo de solidaridad, amabilidad, o misericordia.
Dios hace una llamada generalizada a la santidad. Todos están invitados a alcanzarla a través de diferentes caminos. La caridad en la vida cotidiana y con los más necesitados es uno de ellos. Lo dice San Pablo a los Gálatas: “la fe que se hace activa por la caridad”.
¡Alegres y felices! esta es la llamada que nos hace el Señor a todos los que servimos a los más necesitados, pues tal servicio, vivido con amor entregado, se convierte en camino para una vida lograda, feliz y plena, nos dice el Papa Francisco.
Dios desea para nosotros una vida lograda y para ello nos ofrece un proyecto de vida, el proyecto del Reino de Dios, que se concreta en el seguimiento de Jesús. La llamada a la santidad es igual para todos, pero es personal y cada uno según su propio camino.
Entre esos caminos está el servicio de la caridad. Lo que mide la santidad en una persona es su grado de caridad porque lo que realmente cuenta es la fe que actúa por el amor (Gal 5,6). Un amor que tiene claramente una dimensión social. Recordemos aquello de “tuve hambre y me diste de comer… (Mt 25, 31-46), donde se nos dice que el amor y la solidaridad serán lo decisivo, criterio de santidad.
Nuestra Red Solidaria recoge en su filosofía este camino. A través de la fe y del carisma agustiniano, extiende su ayuda a todas las obras sociales de la familia agustino recoleta en el país, que tiene como misión promover la vida, la salud y la educación en el territorio venezolano.
Recuerda que ¡la santidad es cosa de todos!
Autor: Pedro Daniel Mora